Para Jul,

No quisiera empezar sin decirte que extraño la manera en que follábamos, querido Jul, no sé cómo puedo explicarte esto sin necesidad de que existan sentimientos de amor de por medio. No estoy enamorada, ni lo estuve, que quede claro. Bien claro. Pero hoy te extrañé de sobremanera y no pude dejar de pensar en que hubiera pasado si nos hubiéramos abrazado un poco más, si esa hora extra hubiera añadido algún sentimiento entre nosotros en "qué tal si". Sé que suena a locura, yo también lo pienso, creo que son las consecuencias de esta cuarentena que me hacen pensar en ti ya que fuiste lo más cercano a lo que estuve en salir con alguien, nunca me disgustó que solo folláramos, creo que eso nos salía bien en conjunto, no hubo alguien antes de ti que supiera como hacérmelo sin decirlo. Fuiste magia. Recuerdo la primera vez que nos vimos, no estaba segura si era el momento correcto de volver a ver a alguien, tuve muchos miedos, de mi cuerpo, de mis tetas, de mi culo, de que me tocaras en el lugar incorrecto y desates esta tormenta de inseguridades que a veces puedo ser. Pero Jul, tocaste donde debías, me besaste y aunque no encajamos al principio, qué bien se sintió cuando lo hicimos.
No lo pensé dos veces en volver a verte pero necesitaba mi tiempo para hacerlo y jamás quise que pensaras que fue malo. No soy buena para hablar, por eso escribo y aunque tampoco lo hice, no fue mi intensión desaparecerme así.
Jul, quiero confesarte que me sorprendió que me reclamaras esa noche del por qué no te había hablado, me sorprendió porque no somos de esa clase de personas. Pero comprendí que no era por amor, era porque había tanta conexión en la cama que nos llamábamos. Eramos dos personas rotas que habían encontrado con quien repararse. Que no necesitábamos más que una noche, música, marihuana y una cama donde flotar. Nos quitábamos los miedos. Nos sentimos casi invencibles, toda y cada noche que pasamos juntos, se hacían más cómodas, hiciste desaparecer mi tormenta. Aclaraste el panorama. 
Me quedo con el recuerdo de mis dedos en tu pelo, en tu barba, esa barba que odiaba por ser tan ridícula. Tan de película. Me despido Jul, sólo quería que supieras de mis pensamientos un tanto estúpidos de cuarentena, ¿Te imaginas, tú y yo juntos? ¡Qué locura!, bueno ahora si, hasta algún día. 

Ah, si, con mucho cariño y aprecio por nuestras revolcadas de invierno y una de verano, Al.